
La confianza es el fundamento de cualquier colaboración transfronteriza, y nuestra reciente alianza con un cliente australiano solo ha reforzado esta creencia. Quería compartir esta historia no solo como un hito empresarial, sino como un testimonio de lo que ocurre cuando ambas partes eligen comprenderse y confiar la una en la otra.
Todo comenzó en julio, cuando nuestro cliente se puso en contacto con una visión clara: una casa expandible de 40 pies que se sintiera como un hogar de verdad, no solo como un espacio temporal. Lo que nos llamó la atención en primer lugar fue su claridad, pero también su cautela, y con razón. Australia cuenta con algunas de las normas más estrictas para edificios residenciales, especialmente en cuanto a seguridad y durabilidad. Sabíamos que este proyecto no se trataría solo de entregar un producto; sería una oportunidad para demostrar que podíamos cumplir (y superar) dichas normas.

Durante las próximas semanas, revisamos cada detalle. Ellos querían dos dormitorios, separados por un baño: una distribución que equilibraba privacidad y funcionalidad. Hablamos sobre los materiales, y ellos dejaron claro un aspecto fundamental: nada de amianto, un requisito indispensable para su tranquilidad. No solo estuvimos de acuerdo, sino que dimos un paso más: ofrecimos encargar un informe independiente de pruebas para todos los materiales, para que pudieran verificar la seguridad por sí mismos. También ajustamos la altura de la casa para cumplir con la normativa local, un pequeño cambio que resultó muy importante para garantizar el cumplimiento.
A principios de agosto, apenas un mes después de nuestra primera conversación, tomaron la decisión de avanzar. Más tarde, bromearon diciendo que fue "una decisión audaz" confiar en un equipo del extranjero para algo tan importante como una vivienda. Pero para nosotros, esa audacia tenía su contrapeso en nuestro propio compromiso: queríamos asegurarnos de que su confianza no estuviera mal puesta.


Cuando finalizamos el diseño, trabajamos en estrecha colaboración para perfeccionar los pequeños detalles que hacen que un espacio se sienta personal. El exterior es un gris oscuro elegante, moderno y discreto. En el interior, elegimos un suelo de SPC gris, duradero para el uso diario, pero con una textura cálida que evita sentirse frío. La cocina es de un blanco brillante, un contraste marcado pero hermoso con respecto al suelo, haciendo que el espacio se sienta abierto y aireado. ¿Y el baño? Optamos por tonos cálidos: suaves tonos marrón grisáceo y beiges, para crear un rincón acogedor, el tipo de lugar en el que querrías relajarte después de un largo día. Incluso elegimos una ducha de color negro de alta gama, un pequeño lujo que aporta un toque de elegancia, combinada con un suelo de mármol para dar una sensación adicional de calidad.


Este proyecto nos enseñó algo importante: la confianza no se da simplemente, se gana, detalle a detalle. A nuestro cliente australiano: gracias por dar ese paso valiente junto a nosotros. Ver cómo esta casa cobró vida, sabiendo que pronto será el hogar de alguien, es la mayor recompensa. Brindamos por convertir visiones en espacios que parecen haber sido siempre así.